A manera de introducción a la temática en estudio podemos mencionar que el cambio del siglo XIX al XX fue caracterizado por una serie de sucesos y hechos trascendentales que cambiaron el rumbo de la historia en nuestro país, como la Guerra del Acre y los conflictos internos, el más importante de ellos, la Revolución Federal que culminó con el traslado de la sede de gobierno de la ciudad de Sucre a La Paz.
La Guerra Federal, coincidente con el paso entre dos siglos,
representó un cambio radical del eje de poder político, social y económico,
aunque no determinó un cambio en la estructura de quienes lo detentaban. Coincidió
también con uno de los momentos más difíciles de la relación entre la élite
urbana y las masas indias.
Varios factores explican la confrontación que en los hechos
fue una guerra civil. Al fuerte desgaste de los gobiernos conservadores tras
casi 20 años de administración se sumó la popularidad creciente de los
liberales, que estaban cansados de esperar un tránsito pacífico en el mando de
la nación y que habían sufrido más de una vez la manipulación de los resultados
electorales a manos de los conservadores. La realidad socioeconómica de Bolivia
mostraba un dislocamiento de los centros de decisión. La Paz fue durante todo
el siglo XIX la primera ciudad de Bolivia y frecuentemente sede de los
gobiernos nacionales (comenzando por el Mariscal Andrés de Santa Cruz). Su
dinámica como ciudad se vería muy pronto respaldada por el nacimiento de la
economía del estaño que desplazó el eje Potosí - Sucre al eje Oruro - La Paz.
La caída de la plata trajo consigo el debilitamiento de la influencia de los viejos caudillos conservadores Arce, Pacheco y sus colaboradores más allegados.
La caída de la plata trajo consigo el debilitamiento de la influencia de los viejos caudillos conservadores Arce, Pacheco y sus colaboradores más allegados.
A este contexto debe sumarse la presión por el
establecimiento de un país federal que tuvo algunos antecedentes destacados,
como las ideas de Lucas Mendoza de la Tapia en Cochabamba a mediados de siglo,
el movimiento de los igualitarios de Ibáñez en Santa Cruz (1874-1876) y las
varias propuestas de llevar el gobierno a La Paz realizadas por los paceños en
el período conservador. La realidad sin embargo era otra, el federalismo fue
una bandera coyuntural mediante la cual se inflamó el sentimiento regionalista
del poderoso departamento de La Paz para justificar la rebelión, aunque no es
menos cierto que algunos de sus propugnadores creían genuinamente que el
federalismo era la mejor solución para Bolivia.
El estallido formal de problema se dio el 18 de noviembre de
1898 cuando el congreso reunido en Sucre después de un áspero debate proclamó
la Ley de Radicatoria que exigía al Presidente su presencia permanente en la
capital de la República, precisamente como respuesta a la exigencia paceña. La
brigada de La Paz que había pedido sin éxito la reunión de un congreso en un
punto “neutral”, Cochabamba, para discutir el tema sin presiones, decidió
abandonar la ciudad de Sucre en señal de protesta. Fue el rompimiento de lanzas
entre el norte y el sur. En el Ínterin, el 6 de noviembre de 1898 un gran mitin
reunido en la plaza de armas paceña, exigió el federalismo y el 14 se creó un
comité federal presidido por el jefe de los liberales José Manuel Pando, quien
irónicamente como senador por Chuquisaca votó a favor de la aprobación de la
ley de radicatoria. El 12 de diciembre se formó en La Paz una junta federal de
gobierno, integrada por Pando, Serapio Reyes Ortiz y Macario Pinilla que había
renunciado al ministerio de Instrucción del gobierno de Alonso-, con Fernando
Guachalla con o secretario. La declaratoria de guerra estaba hecha.
Alonso, a pesar de su postura contraria a la ley que promulgó
a regañadientes y de su posición conciliatoria, no tuvo más remedio que ponerse
a la cabeza de ejército del sur y marchar a Oruro a la que llegó el 15 de
diciembre de 1898.
El escenario de la guerra civil se enmarcó básicamente en los
departamentos de La Paz y Oruro y algunas provincias de Potosí y Cochabamba. Aquí
hay que detenerse en la decisión de Pando de aliarse con los indios aimaras de
la región. El pacto entre Pando y Pablo Zárate Willka, marcó un hecho sin
precedentes en la historia republicana. La alanza estuvo probablemente sazonada
por compromisos reivindicatorios para los indios que habían sido
sistemáticamente expoliados como consecuencia de la legislación de 1880, pero
estaba claro que respondía a un interés específico y militar por parte de
Pando. Entre enero y abril di 1899 se desataron acciones en las que los masivos
contingentes indígenas fueron decisivos par i el triunfo de los federales. En
las provincias Inquisivi, Aroma, Carangas, Chayanta, Tapacarí y Ayopaya,
hicieron un cerco de bloqueos y ataques que diezmaron al ejército de Alonso.
Fue, sin duda ninguna, una de las páginas más violentas y sangrientas de toda
la historia republicana de la nación.
Historia
Líderes indígenas en
lucha por las tierras comunitarias
Periódico
Digital PIEB • 23-02-2010
Una investigación histórica de Roberto Choque Canqui y Cristina Quisbert Quispe resalta el papel de cinco líderes indígenas de La Paz en la lucha por las tierras comunitarias tomadas por hacendados a principios del siglo XX.
El historiador y la coautora presentarán el estudio titulado
Líderes indígenas aymaras: lucha por la defensa de tierras comunitarias de
origen, en el Hall de la Vicepresidencia del Estado Plurinacional del Bolivia,
este 26 de febrero. Ambos son miembros de la Unidad de Investigaciones
Históricas “Unih-Pakaxa”.
Esta Unidad se identifica a sí misma como "una
organización indígena dedicada a la preservación de las culturas originarias,
capacitación, investigación histórica y producción en el contexto de los
pueblos indígenas originarios".
Grupo de combatientes indígenas levantados en Cochabamba a favor de Pando y la Revolución Liberal |
La defensa por las tierras comunitarias de origen fue en
diferentes momentos, desde 1903 hasta 1945. Aunque, también menciona al líder
campesino Pablo Zárate Villca, quien había participado ya, en una lucha por la
descolonización, a finales del siglo XIX.
Antecedentes
El autor estudió la política agraria de entonces. “La Ley de
Exvinculación de 1874 –explica- daba las pautas de cómo quitar las tierras de
manos improductivas, como dijeron entonces, había que expoliar. De esa manera
surge el proceso de expansión de haciendas en desmedro de las comunidades
indígenas. Los campesinos habrían sido obligados a vender sus tierras para
convertirse en pongos de los patrones”.
Los indígenas decididos a recuperar sus propiedades se
movilizaban a través de los caciques apoderados, quienes emprendieron la lucha
por las tierras comunitarias de origen apoyados en los títulos de composición
de tierra de la época colonial.
Los caciques, además, construyeron una política de defensa de
la tierra y la demanda de defensa ante las autoridades de los tres Poderes del
Estado, los órganos Legislativo, Ejecutivo y Judicial.
Asimismo, los líderes indígenas generaron otra línea política
importante, que “el indio podía llegar al poder y luchar por las tierras
expoliadas”.
Las acciones de los caciques logran la formación de
organizaciones sindicales, de manera que estas luchan por los derechos civiles
en la Revolución Nacional, en 1952. “Existía una necesidad de hacer un estudio profundo para
conocer los movimientos indígenas de esa época” sostiene Choque, autor de otras
importantes obras como Educación Indigenal en Bolivia, Situación Social y
Económica de los Revolucionarios del 16 de julio de 1809 en La Paz, Jesús de
Machaca: la marka rebelde.
Para más información sobre la publicación el contacto es
choquecanqui@yahoo.com
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