Lectura Complementaria
Revolución proletaria
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Lenin, líder de la Revolución de Octubre rusa |
La revolución
proletaria o revolución obrera es una revolución clasista
promulgada por el marxismo en la que la clase obrera intenta
derrocar de su posición a la clase
dominante, y establecer una Dictadura del Proletariado que acabe con
la lucha de clases, mediante la toma del gobierno o
demás instituciones políticas (Estado
socialista). Es un concepto con un importante componente ideológico, socialista, comunista y/o sindicalista por
lo que su uso podría intercambiarse con de revolución socialista o revolución
comunista.
Ha sido
interpretada de forma distinta desde las distintas perspectivas en que se ha
dividido el movimiento obrero revolucionario. Durante
el siglo XIX, la Revolución de 1848, revolución burguesa en la que el
componente proletario no era el dirigente, aunque adquiría por primera vez un
papel independiente al del resto de clases sociales, se hallaba cada vez más
radicalizado, tuvo ciertos rasgos de revolución proletaria. O la Comuna de París de 1871, la primera
revolución, de componentes ideológicos muy variados, pero en que el
proletariado adquiere por primera vez un papel dirigente en la historia,
llegando a tomar el poder y sustituir las instituciones propias del Estado
burgués por instituciones representativas de la clase obrera,
tales como Asambleas, o Consejos
obreros (Estado obrero). A partir de entonces se produce
la división entre marxistas y anarquistas,
a la que sigue en la Primera Guerra Mundial la que se
produce en los marxistas entre socialistas (o
socialdemócratas) y comunistas,
y en los años treinta en los comunistas entre estalinistas y trotskistas.
Historia del fenómeno durante
el siglo XX
La revolución bolchevique de Rusia en
octubre de 1917 ha sido históricamente el ejemplo más trascendente de
revolución proletaria, sin perjuicio de sus múltiples y diferentes valoraciones
ideológicas e historiográficas. La revolución china y el pensamiento maoísta introdujeron
la reivindicación del componente campesino,
que en el leninismo estaba claramente definido como menos
revolucionario; pasando a ser habitual la expresión revolución obrera y
campesina, que se extendió por otros países del Tercer mundo,
con un sector industrial muy poco desarrollado.
En la
interpretación del marxismo, la revolución proletaria se produciría a través de
la toma del poder por el proletariado, una vez que se hubieran puesto de
manifiesto las contradicciones inherentes al sistema capitalista que conducen a una
separación radical entre una minoría de capitalistas y una mayoría de
proletarios que habrían de alcanzar conciencia de clase. Una vez tomado el poder,
llegaría la fase de dictadura del proletariado en la que
los proletarios tomarían el control de los medios de producción y del aparato
coercitivo del Estado, utilizándolo para la igualación de los individuos y
para reprimir a la burguesía evitando que esta tome o retome el poder.
Teóricamente, cuando se hubiera conseguido una sociedad sin clases (sociedad comunista), el Estado sería
innecesario, pues se habría conseguido formar al hombre nuevo socialista.
El mecanismo concreto de la toma del poder -más o menos violento o pacífico,
pero siempre venciendo la oposición de la burguesía- no viene prefijado por el
pensamiento de Karl Marx, y es objeto de adaptación por Lenin en su teoría
del partido de la vanguardia revolucionaria (minoría
revolucionaria que debe dirigir al movimiento obrero) y criticado por Trotsky y
sus seguidores como un fenómeno de degeneración burocrática contrarrevolucionaria.
El mismo Trotsky y Antonio
Gramsci propugnaron la revolución proletaria a través de la síntesis
del movimiento proletario y el combate a la que denominaban hegemonía cultural del capitalismo.
En la
interpretación del sindicalismo revolucionario y del anarcosindicalismo, la revolución proletaria se
produciría por mecanismos ajenos a los de la acción política convencional -partidos políticos o elecciones-,
que han sido interpretados de muy distinta manera: desde la utilización de los
mecanismos como movilizaciones de protesta masiva y
reivindicación más o menos espontáneas u organizadas, en algunos casos, de la
denominada propaganda por el hecho (que se
concretó desde finales del siglo XIX en la utilización del terrorismo).
La
revolución del proletariado es un proyecto ideológico-político enfrentado al
sistema del capitalismo democrático y que tuvo su
máximo auge con el Bloque del Este durante la Guerra Fría durante
la instauración del socialismo real o "marxismo
estructural", y dentro de los partidos comunistas y la intelectualidad marxista
de Occidente. Sin embargo el grado de participación protagónica de elementos de
clase obrera en estos fenómenos es varias veces cuestionado.
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Cartel de propaganda de la Revolución Cubana |
Fin del fenómeno a finales del
siglo XX
La caída del
muro en 1989 ha sido expuesta por ideólogos liberales
como hito histórico del fin del proyecto global de socialismo.
Sin embargo, el desmoronamiento del socialismo como proyecto arraigado en la
conciencia de las masas comienza mucho antes, y su causa central no está en
relación exclusiva con el deterioro de la economía soviética, sino también con
la ruptura del anhelo de liberación proletaria con el proyecto de los regímenes
estalinistas (también llamados socialismos reales por
una parte de la historiografía, y autodenominados socialistas) y
parte del marxismo estructuralista.
Las
revueltas populares en favor de reformas democráticas entre 1989 y 1991 fueron
capitalizadas por los gobiernos y regímenes del bloque occidental y el ala
restauracionista de la burocracia soviética y el partido gobernante, onomenklatura,
que dieron paso a la restauración del capitalismo en el
este, la asimilación de la RDA a la RFA(unificación alemana) y disolución y repartición
de la URSS y los países del Este en diversas Repúblicas
nacionales(conllevando un auge del nacionalismo capitalizado
por algunas alas nacionales de la antigua burocracia y por dirigentes políticos
para fortalecer su influencia y poder, al tiempo que se tradujo en un proceso
de guerras intestinas de componente étnico y nacionalista en la
antigua Yugoslavia; ver guerras yugoslavas), acabaron con el proyecto
de Estado socialista y con el conjunto de
conquistas sociales y económicas, para la clase
trabajadora, que caracterizaron al período de existencia de la URSS,
tuvieron un fuerte impacto en la conciencia de clase y en general sobre la
ideología clasista en buena parte de la población, en detrimento de aquélla, y
brindaron para gran parte de la misma un clima de esperanza en las libertades formales propias
de la democracia liberal burguesa, basadas en el
parlamentarismo, el electoralismo burgués,
el multipartidismo formal o partitocrático,
el presidencialismo, etc. Si bien, en muchos
países ex-soviéticos, esto no ha resuelto en la práctica el problema de la corrupción y la concentración de poderes
en manos de las burocracias u oligarquías vinculadas
a uno o más grandes partidos. Este período impulsa el proceso de la globalización económica
y la restauración de la economía de mercado en los países del
Este, profundizando la liberalización o privatización del
sistema económico y del sector
servicios y el aumento de la tasa de
ganancia de los grandes monopolios o
consorcios capitalistas financieros,
sobre el aumento de tasa de explotación, la precariedad y
la pirámide de endeudamiento (vinculada a la burbuja especulativa) de la clase
trabajadora a nivel mundial (neoliberalismo).
Los conflictos geopolíticos, el resurgimiento de conflictos
nacionales, que condujeron al extremo de las guerras étnicas y nacionales
en la antigua Yugoslavia, algunos ciclos económicos o crisis cíclicas del capitalismo,
y la creciente precariedad del empleo fueron los
principales retos de este período.
VÍDEO: REVOLUCIÓN RUSA
VÍDEO: REVOLUCIÓN RUSA
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https://www.youtube.com/watch?v=raTsvGdj_wc
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