1 INTRODUCCIÓN
Guerra del Chaco, conflicto bélico que desde 1932 hasta 1935
enfrentó a las repúblicas de Bolivia y Paraguay por la posesión de buena parte
de la escasamente poblada región del Chaco, el llamado Chaco boreal, situado al
norte del río Pilcomayo, cuya titularidad reclamaban ambos países debido a la
presunta existencia de petróleo. Ésta fue la razón que también motivó el
interés de ciertas compañías petroleras de otros países (como la estadounidense
Standard Oil Company, con concesiones en el sur de Bolivia) y que a su vez
provocó la estimulación del enfrentamiento.
2 CAUSAS Y DESARROLLO
DE LA GUERRA
La cuestión de los límites fronterizos en la zona no había
quedado solucionada de forma tajante en ninguno de los tratados limítrofes
acordados al respecto durante el último tercio del siglo XIX. Privada de salida
al mar tras su derrota en la guerra del Pacífico (1879-1883), Bolivia comenzó a
construir en 1906 pequeños fuertes en el Chaco (también conocido genéricamente
como Gran Chaco) con el objeto de acceder al río Paraguay y lograr de esa forma
una vía de comunicación con el océano Atlántico, introduciéndose poco a poco en
un territorio que Paraguay consideraba bajo su soberanía. Pese a la adopción de
un nuevo acuerdo gracias a la mediación argentina en 1907, prorrogado en 1918,
Paraguay contraatacó construyendo sus propios fuertes y, en la década de 1920,
fomentó el asentamiento en la zona de menonitas canadienses (miembros de un
grupo religioso protestante) con el fin de reforzar sus derechos.
En 1928 comenzaron a producirse escaramuzas esporádicas, y
finalmente la guerra estalló de forma abierta si bien no declarada en julio de
1932, cuando durante la presidencia de Daniel Salamanca el Ejército boliviano
atacó el fuerte paraguayo de Boquerón, erigido cuatro años antes. El gobierno
paraguayo presidido por Eusebio Ayala envió al coronel José Félix Estigarribia
al frente de un contingente para detener el avance enemigo. En un principio, el
curso bélico parecía decantarse del lado boliviano, que contaba con un mayor
número de tropas mejor adiestradas; pero éstas, acostumbradas a un clima
montañoso, tuvieron dificultades a la hora de operar en las cálidas y húmedas
tierras bajas del Chaco. Sus tácticas y un mejor conocimiento del terreno,
combinado con un feroz espíritu combativo, permitieron a los paraguayos hacerse
con el control de casi toda la zona antes de 1935, pese a la resistencia
encabezada por el general boliviano Enrique Peñaranda Castillo.
3 FINAL DE LA GUERRA
El 12 de junio de ese año, cuando desempeñaban las
respectivas presidencias de las dos repúblicas implicadas el mencionado Ayala y
el boliviano José Luis Tejada Sorzano, se alcanzó una tregua que detuvo los
combates. El tratado definitivo fue redactado y firmado en Buenos Aires el 21
de julio de 1938 por las partes implicadas y por los demás participantes, en
tanto que mediadores, en la Conferencia de Paz del Chaco: Estados Unidos,
Chile, Perú, Brasil, Argentina y Uruguay. De acuerdo con dicho tratado,
Paraguay (gobernada por el presidente Félix Paiva) pasó a ejercer su soberanía
sobre el 75% de la zona en litigio, en tanto que Bolivia (cuyo presidente era
Germán Busch Becerra) hizo lo propio con el territorio restante, logrando el
ansiado acceso al río Paraguay, así como a la localidad paraguaya de Puerto
Casado.
La más inmediata consecuencia de la guerra fue que cerca de
50.000 bolivianos y 35.000 paraguayos murieron en el transcurso de la misma. De
otro lado, los dos países contendientes hubieron de hacer frente desde el mismo
alcance de la tregua a la crisis económica e institucional derivada de su
participación en tan sangriento conflicto.
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