La Guerra del
Chaco entre Bolivia y el Paraguay se inició el 15 de junio de l932 y terminó,
primero con un armisticio, el 14 de junio de l935, y con un tratado de paz, el
21 de julio de 1938. En esa contienda murieron alrededor de 50 mil personas en
el lado boliviano, y cerca de 40 mil en el frente paraguayo. El impacto que esa
guerra produjo en los dos pueblos fue de un gran efecto humano, social,
político y económico, pues sacudió los cimientos mismos de las dos nacionalidades,
y obligó a las personas más lúcidas de ambos países a pensar en si el rumbo
sociopolítico de su país era el correcto, o si era necesario hacer un cambio
para que lo llevara hacia un mejor destino.
En el caso de
Bolivia, los jóvenes combatientes, que habían visto y sufrido las consecuencias
de la actuación de los jefes civiles y militares durante el conflicto,
comenzaron a revisar su visión del país, identificaron algunos de los males que
le aquejaban, se dieron cuenta de que era necesario modificar viejas
estructuras, y propusieron cambios profundos para que Bolivia saliera de la
situación en la que se encontraba, en la cual, la reciente derrota había dejado
el sabor amargo de la frustración; y, al mismo tiempo, se dieron cuenta del
engaño de quienes les hablaron de un país rico y poderoso; por eso, una vez
desmovilizados, se reunieron para encontrar las soluciones.
De ahí surgió
el nuevo pensamiento social y político que se iba a prolongar por cerca de una
treintena de años. Los nuevos partidos fundados por jóvenes se fueron
posicionando de las mentes y las sedujeron con sus propuestas; de esta manera
surge el POR, el PIR, FSB, MNR, que se ubican desde el marxismo trotskista, el
stalinismo, el fascismo y el nacionalismo. Todos ellos, de una u otra manera,
propusieron la nacionalización de las minas, la realización de una reforma
agraria y la industrialización del país.
Paralelamente
a esto surge la rebelión indígena que reclama derechos y mejor trato para el
indio, pues se siente parte de la nación; así, en l936 se funda un sindicato
agrario en Cliza, que predica cambios en la vida del agro y la actitud de los
terratenientes en relación con el labrador. Sindicato que cobra tal importancia
que los terratenientes, preocupados por la situación, deciden comprar las
tierras de ese lugar y sacar de ellas a los rebeldes, anulando de esta manera
el movimiento indio; pero se ha planteado ya claramente la cuestión agraria y
se ve la necesidad de una reforma en la tenencia de la tierra, como la
abolición del pongueaje.
Con los
altibajos propios de todo proceso social, durante el gobierno de Gualberto
Villarroel, integrado por los jóvenes oficiales de la RADEPA, en alianza con el
MNR, se lleva a cabo el Primer Congreso Indigenal boliviano, con Chipana Ramos
como cabeza del movimiento indio, en el que se suprime oficialmente el
pongueaje, pero que en la práctica, debido a la vida política del país, en
realidad no fue superado.
Cosa semejante
sucede en el Paraguay, donde el coronel Rafael Franco, en 1936, recobra para el
Estado unas dos millones de hectáreas de los latifundistas, especialmente de la
familia Casado, dueña prácticamente del Chaco; todo debido a la efervescencia
social que la guerra produjo entre los jóvenes excombatientes. Además, se forma
tanto una oficina de trabajo como la Unión Nacional de Trabajadores del
Paraguay, y se pone en vigencia una ley de trabajo. Por eso, Stefanich y
Yegros, funcionarios del gobierno Franco, forman la Unión Nacional
Revolucionaria, sobre la base de los excombatientes, la cual pretende sustituir
a los dos partidos tradicionales: el liberal y el colorado; desgraciadamente,
el coronel Ramón Paredes ocupa Asunción con sus tropas el 8 de agosto de 1937,
y comienza el fin de la llamada revolución.
En nuestro
país también se funda sindicatos mineros, no obstante la resistencia de las
empresas mineras; se forma un Ministerio de Trabajo, con el obrero Waldo
Álvarez como ministro; se organiza la Confederación Sindical de Trabajadores de
Bolivia, en fin, la vida social y política busca cambios en la estructura del
país, los cuales han de llegar posteriormente.
http://www.eldiario.net/noticias/2014/2014_06/nt140612/opinion.php?n=26&-guerra-del-chaco-y-sus-consecuencias
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